Ejercicios Espirituales

de San Ignacio de Loyola

Espiritualidad del IVE

Una parte integral de la espiritualidad del Instituto del Verbo Encarnado consiste en la predicación y la práctica de los Ejercicios Espirituales. Los Ejercicios por sí solos no constituyen la totalidad de nuestra espiritualidad, pero contribuyen en gran medida a construir los cimientos de una vida espiritual sólida. La práctica anual de los Ejercicios ayuda a nuestros sacerdotes, hermanos y seminaristas a ordenar todos los aspectos de su vida para la «mayor gloria de Dios» y a llevar a cabo una reforma efectiva de vida, para alcanzar la actitud permanente de «tercer binario» (cf. Ejercicios Espirituales, 155; 157). Ambas realidades constituyen una «espiritualidad seria» que buscamos, como norma segura de ser cooperadores de la gracia de Dios por medio del Espíritu Santo.

He a continuación algunos extractos de nuestro Directorio de Espiritualidad relativos a los Ejercicios Espirituales:

  • El ejemplo de nuestro Señor al retirarse durante cuarenta días nos debe llevar a valorar en sumo grado la práctica de los Ejercicios Espirituales, en especial según el método de San Ignacio de Loyola, y los típicos de treinta días hacia el término del noviciado y cada diez años. Asimismo, es de todo alabar el hacer Ejercicios anuales de ocho días. También creemos que es muy importante el retiro mensual. (104)
  • Esta conciencia clara del valor insustituible de los Ejercicios Espirituales para la renovación de la vida cristiana, enseñando a vencerse a sí mismo y a ordenar la propia vida según Dios, nos debe llevar a conocer en profundidad los mismos, a prepararnos para predicarlos con fruto y a tener la disponibilidad necesaria para no dejar pasar ninguna posibilidad de predicarlos, según la ocasión. (105)

Compromiso espiritual del IVE

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio constituyen también una parte importante de nuestros compromisos apostólicos. Como dicen nuestras Constituciones, «El Instituto del Verbo Encarnado llevará a cabo la evangelización de la cultura santificando individualmente a las personas. Esto se hará preferentemente por medio de los Ejercicios Espirituales, según el método y espíritu de San Ignacio de Loyola, y de la dirección espiritual» (171).

Nuestro Directorio de Ejercicios Espirituales afirma también que, «dada la importancia de la predicación de los Ejercicios Espirituales, es necesario que el sacerdote de nuestro Instituto se prepare diligentemente para tal ministerio. Esto debe comenzar durante su formación en el seminario» (11).